EL MOVIMIENTO PATRIOTICO Y NACIONALISTA ANTE EL NUEVO PODER DEL ESTADO, Y LAS URGENCIAS DEL ESTADO DE DERECHO Y LA SOBERANIA NACIONAL.
Por el
Dr. Robert Cabral
El Movimiento Patriótico y Nacionalista Dominicana, en tanto
vanguardia activa de las luchas soberanistas del pueblo dominicano, en la
continuidad histórica del legado trinitario y febrerista que recoge la
experiencia histórica acumulada y expresada en hechos concretos del Estado, la
Republica y del pueblo dominicano, como entidad legitima ante el escenario
mundial, tiene por delante la ingente tarea de asumir, de manera resuelta y
decisiva, su nueva agenda de propuestas y reclamos, ante el emergente poder político
nacional, expresado en el proyecto encabezado por el PRM y Luis Abinader Corona,
como parte de un movimiento social que mayoritariamente se expreso en el
proceso electoral recién finalizado.
El movimiento nacionalista, con todas sus falencias y
tremendas dispersiones, asumió como bandera de lucha entre el 2013 y el 2020,
la defensa intransigente de la sentencia de principios 168-13, la lucha sin
cuartel contra la haitianizacion, la denuncia de la conversión de nuestro sistema
hospitalario en un escandaloso “paritorio” haitiano, la denuncia de la creciente
violencia de sangre y machete asociada a la ocupación poblacional sin control
haitiana en nuestro territorio, la denuncia del revisionismo de nuestra
historia patria y su eliminación como parte del curriculum educativo nacional,
asi como la defensa de nuestras víctimas, casos tan dolorosos como el de Cielo García,
Dorita Peña, Domingo Pujols, los agricultores de Azua, San Juan de la Maguana,
Padre Las Casas, Barahona, La Vega y otras provincias, las agresiones contra
nuestros militares y policías, resultando el ultimo caso, el ataque sin piedad
al Cabo Bruno Polanco en Puerto Plata, un hecho tan conmovedor como reflejo de
la postración de la justicia nacional ante el machete haitiano.
El crimen contra los Esposos Urbáez, dos envejecientes,
humildes agricultores, estuvo a punto de desatar el primer levantamiento popular
de los dominicanos contra los haitianos, lo que de inmediato, genero que el gobierno
enviara un cuerpo elite de las fuerzas miliares a Pedernales, para, como siempre
“aplacar” la reacción de los dominicanos, y evitar que se realizara la justicia,
y que todo quedara, como siempre, en el olvido.
Nuestra lucha sin cuartel ante la gran “estafa nacional “ o el
“mamotreto”, de la falsa encuesta ENI-2017, que supuso, la evidencia mas cruel
del compromiso de la Administración Medina, y del PLD con el proyecto antinacional,
demostró que realmente la posición nacionalista de que “somos un país invadido”
intento ser socavada por el poder económico, y mediático, de las fuerzas que
luchan por la desaparición del Estado dominicano, y la creación del nuevo país fusionado
con Haití. Demostró que nadie, absolutamente nadie creyó en esta falsa evaluación
“probabilística” hecho mediante “unidades haitianas escogidas al azar”, para concluir
con la infamia tan falaz como ridícula de que “en el país, en los últimos 5
años, solamente habían ingresado 37 mil haitianos”, lo cual ante la reacción tan
indignada como mayoritaria del pueblo, el entonces ministro de Economía y planificación,
Isidoro Santana, miembro del Lobby haitiano y de Participación Ciudadana,
declaro de manera tan destemplada como descarada, que, “lo que pasa es que de
los 37 mil, ya la mayoría han salido porque solo vinieron a buscar papeles”
En fin, el movimiento nacionalista, muy a pesar de todas sus
debilidades intrínsecas, y otras provocadas, ante la embestida de fuerzas económicas,
sociales, locales e internacionales realmente poderosas, ha respondido en la
medida de sus posibilidades, ante tantas y tan diversas agresiones, y sobre
todo preservando su dignidad y la reciedumbre de sus principios, sin
claudicaciones.
Otras cuestiones sobre las que no hemos cesado de clamar y abogar,
ante los oídos sordos del gobierno, del Congreso, y de los poderes públicos dominicanos,
son los reclamos de la auditoria y revisión del Decreto 327-13, conocido como
el Plan de Regularización Haitiano, la Auditoria a la ley 169-14, utilizada
para realizar y dotar de nacionalidad “express”, miles de haitianos recién llegados,
deformando totalmente el mismo espíritu y el contenido de dicha normativa, y el
nefasto programa de suplantación civil , que actualmente se esta llevando a
cabo, de manera tan descarada, como impune e ilegal en el Registro Civil Dominicano,
sin que ese Pleno se pronuncie al respecto, sino todo lo contrario, ocultan y
evaden toda investigación, en una abierta y clara complicidad con tan perverso
y doloroso programa de sustitución de la población dominicana, de manera tan
agresiva como voraz.
Un punto luminoso en todo este escenario, resulto en que mas
del 88 por ciento del pueblo dominicano se manifestó de manera abrumadora en
contra del Pacto de Refugiados y del Pacto Migratorio, que se impulsaba desde
las Naciones Unidas como desde el Lobby pro haitiano en RD, que hoy tiene prácticamente
el control de grupos tan poderosos como la Corporación Corripio de prensa,
radio y televisión, incluyendo los Periódicos Hoy, El día, El Nacional, y los
Canales 2 y 11 de Tele Antillas
Queda entonces mucho por hacer, una tarea tan densa como
urgente. Los nacionalistas dominicanos, tenemos que luchar por desmontar toda
la estructura anti dominicana, ilegal que se ha impuesto en el Instituto Dominicano
de Migración, que se ha convertido en una verdadera agencia haitiana desde el
Estado Dominicano, lo cual es realmente inconcebible e inaceptable.
Y entre las tareas más inmediatas, se incluyen, la inmediata
apertura de peticiones para vistas públicas sobre, el Referéndum, el muro
fronterizo, el reclamo de una investigación urgente sobre la utilización de mas
de 4 mil millones de dólares utilizados sin control alguno en el Plan de Regularización
que genero el decreto 327-13, la ley de Ordenamiento Territorial, Ley de Aguas,
y la aplicación inmediata de la ley de Migración.
Los nacionalistas tendremos que acudir y persistir en todos
los espacios de poder, desde el Gobierno Central hasta el Congreso y el Poder
Judicial, para hacer valer nuestros reclamos, pues de ello dependerá en gran medida
la paz social en nuestro país.
De lo que se trata aquí es, de entender si es posible convivir,
bajo un Estado Constitucional, real y efectivo, que haga cumplir con los
valores y principios establecidos en la Carta, o si esa norma superior se convertirá
de nuevo en un instrumento de poder para consumar el pacto de nuestra facciones
políticas con los agentes y organismos internacionales, para completar la haitianizacion
a que nos están sometiendo progresiva y masivamente, ante la indiferencia mas
que complaciente, cómplice, de nuestras propias autoridades.
De ahí dependerá la legitimidad del nuevo Gobierno del presidente
Abinader.